Ser capaz de relajarse en las situaciones más estresantes se vuelve todo un objetivo de vida en la carrera de alto rendimiento que llamamos rutina laboral.
Al tratar de relajarnos de la forma más discreta posible en nuestro espacio personal, podemos darnos cuenta de que tanto nuestros compañeros como nuestros supervisores nunca han prestado verdadera atención a un hecho obvio: todos los miembros del equipo son propensos a sufrir de estrés acumulado y sus desagradables secuelas sobre el organismo, sin que ni unos ni otros muestren alguna preocupación respecto al bienestar colectivo.
Después de todo, la recompensa a largo plazo de una buena salud es considerable. ¿Quién mejor que una persona descansada para aumentar la productividad de una empresa o emprendimiento en la misma medida en que incrementa su salud?
La Clínica Mayo vincula la relajación con un ritmo cardiaco menos acelerado, presión arterial estable, procesos digestivos mejorados, niveles de azúcar en sangre normalizados, menor tensión muscular, mayor calidad de sueño y, en general, menos fatiga en la realización de actividades cotidianas.
¿Las consecuencias? Más autoestima y concentración; menos frustración e ira reprimida.
¡A incentivar la relajación!
Ahora bien, está claro que el esfuerzo invertido en esa actividad puede significar para ti como máximo representante de tu empresa o emprendimiento, una razón incómoda para no promover esa actividad en el ambiente laboral. Podría alegar que se pierde tiempo valioso deshaciéndose de la tensión interna cuando hacerlo solo garantizaría más estrés en el futuro.
Por esa razón, vale preguntarse si no sería mejor que desde el dueño de la compañía hasta el último nombre del personal fueran parte activa del proceso de relajación general en la empresa; es decir, que se optimice la idea de éstas convirtiéndola en un elemento organizacional como lo son la misión, los valores o la estructura jerárquica.
He aquí entonces tres consejos dirigidos a dueños de empresa y CEOs para comenzar a integrar plenamente la relajación a su negocio o emprendimiento.
1.- Incentiva entre los gerentes, coordinadores, jefes de sección o supervisores una cultura de preocupación genuina: Asegúrate que haya comunicación constante con todos los subordinados para preguntarles si están descansados; en otras palabras, que se descarte el acercamiento tradicional (“¿el documento estará listo para mañana?”, “¿cómo van esos planos?”) y demostrar interés por el responsable de la tarea, en vez de enfocarse primero en la tarea misma:
-“¿Ya tomaste un descanso para continuar con el documento?”
-“No olvides levantarte de tu silla y estirarte, pues confío plenamente en que ese plano está en las mejores manos”.
2.- Prepara actividades de esparcimiento: Piensa en sesiones semanales de risoterapia en un recinto adecuado de la oficina (o fuera de ella, si está disponible alguna zona al aire libre y el clima resulta propicio). Presenta la idea a tus socios e invita a todos los posibles participantes para que la mayor parte de la organización se sienta una con el esfuerzo grupal.
3.- Sé creativo cuando efectúes tus propias tareas y fomenta que cada miembro del equipo genere su propia rutina: Por ejemplo, aclárale amablemente a quien prefiera practicar batería con el material de oficina que, aunque puede ser divertido, algunas veces, perturba el ambiente que se pretende constituir en tu empresa, por lo que esa persona deberá pensar en alternativas menos estridentes.
No olvides que relajación nunca debe ser sinónimo de “irresponsabilidad” o “inacción”, comportamientos que sí perjudican las metas del proyecto. La relajación significa una inquietud real por la salud de las personas que te acompañan en el ámbito laboral y que forman, a tu lado, un equipo que busca mejorar cada día.
Así que… ¡a relajarse se ha dicho!
Fuentes: elempleo.com, mayoclinic.org, estreslaboral.info, cuidarbien.es
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