¿Caer bien o caer mal? El gran dilema de las personas, al menos socialmente hablando. Es posible que una gran parte de nosotros quiera agradar, ser simpáticos, populares y caer bien, mientras que otros, simplemente no les importe.
Pero independientemente de uno u otro es una realidad que la capacidad de caer mal, a veces no depende de nosotros mismos, incluso, puede que ni siquiera nos demos cuenta cuando estamos cayendo mal.
Y es aquí cuando entran en juego los hábitos. Los hábitos son aquellas conductas que hacemos naturalmente. Todos tenemos hábitos, pero muy posiblemente, algunos de ellos y sin quererlo, están haciendo que le caigas mal a las otras personas.
¿Cómo descubrirlo? A continuación, 7 hábitos que probablemente tienes y que hacen que le caigas mal a los demás:
Tabla de contenidos
1. Ser extremadamente positivo
No hay absolutamente nada de malo en ser positivo, optimista y tener buena actitud. De hecho, es la fórmula perfecta para mantener una vida plena y feliz. Sin embargo, hay que aceptar y entender que somos humanos y que, si bien, ser positivos nos trae grandes beneficios, ir a los extremos, no.
Cuando somos extremadamente positivos podemos alejar a la gente e incluso, podríamos estar en una especie de autoengaño. La vida es dura, está llena de retos, altibajos, momentos agradables y desagradables, etc. Lo importante, es que sepamos diferenciar el uno del otro y que, aceptemos cuando nos vaya mal o nos vaya bien.
Ser excesivamente positivo es un hábito que muchas personas tienen y hay quienes lo hacen sin ninguna intención. Quizás ven la vida muy color rosa, no aceptan las realidades, o simplemente, desean ver todo positivo porque eso es lo que les funciona, pero, de cualquier manera, es un hábito que podría caer mal en los demás.
Todos alguna vez nos hemos sentido tristes, abrumados, perdidos, enojados, y esto, es normal. Entonces, si eres de los que está con una actitud muy positiva siempre, posiblemente, caerás mal.
Para nadie es un secreto que las redes sociales son nuestro día a día y que nos ayudan a conectarnos con otros, compartir momentos especiales, hablar, conocer gente, reír, informarse, entretenerse, pero como todo, también hay una delgada línea entre lo normal y lo exagerado.
Una persona que publica fotos todos los días, por lo general, cae mal. No hay nada de malo en ser activos en tus redes, ni mucho menos publicar momentos, pero de ahí a que cada día, cada momento, cada instante, sea publicado, es algo molesto.
Según un estudio de la Universidad de Birmingham, a la mayoría de las personas, no les interesa tus triunfos, éxitos, ni el carro que posees o el último reloj que te compraste. Evita entonces publicar excesivamente todo lo que haces y guarda un poco de privacidad para ti.
Por supuesto, no hay nada de malo en que publiques algún momento especial con un ser querido, una selfie haciendo lo que más te gusta, o que compartas una meta por la que hayas trabajado mucho, el detalle es hacerlo todos los días y a cada momento. Atesora uno que otro momento para ti sin compartirlo en las redes y verás que el efecto en los demás, será diferente.
3. Criticar a los demás
Es muy diferente hacer un comentario a otra persona con respeto y de buenas maneras, sobre algún aspecto en los que debería mejorar algo, que criticar por criticar sin aportar nada.
Nadie es dueño de la verdad, pero si, por ejemplo, hay alguien que está teniendo una actitud inadecuada o incluso dañina para esa persona, no hay nada de malo en comentarle de manera privada, sobre esa actitud que está teniendo y que debería mejorar.
Pero ojo, debería mejorar no para agradarnos a nosotros y al resto, sino para esa misma persona. Al final cuando uno hace un “comentario constructivo” lo hace por lo que consideramos, será el bien de esa persona y no por nosotros.
Es muy diferente criticar por criticar, emitir comentarios, juicios u opiniones sin ningún respeto y desde el egoísmo. Cada quien es como desee y lleva su vida, trabajo y relaciones a su manera. Evita hablar mal de los demás y criticar y caerás mejor.
4. Alardear o creerse el mejor en algo
Las personas realmente exitosas, que son muy talentosas o que tienen un don especial, no alardean de lo que hacen, ni de sus logros o actividades. Por el contrario, son personas cercanas, centradas y agradables.
Mientras tanto, aquellas personas que alardean por lograr algo, tengan o no un don especial, suelen ser rechazadas y, por ende, caen mal. Es bien visto compartir logros, y más si son producto de tus talentos, pero alardear de ellos, alejará a las personas a tu alrededor.
Por otro lado, no hay nadie “mejor” en algo, hay personas que se destacan por sus actividades, logros, talentos, y otras que no. Hay quienes nacieron para destacarse en la actuación, el deporte, el canto, o la política, y hay quienes no, pero eso no hace mejor a nadie, así que, si eres de los que se cree el mejor y único en algo, puedes caer mal.
5. Ser extremadamente negativo
Los extremos nunca son buenos, y así como ser excesivamente positivo puede caer mal, lo opuesto, también.
Una persona sumida en la desesperanza, el fatalismo, y que ve todo negativo, suele ser rechazada por otras personas. Es cierto, la vida es dura, hay que luchar, seguir a pesar de las circunstancias, pero de ahí a ver el panorama solamente del lado oscuro, no es bueno.
Ya lo hemos dicho, lo importante es aceptar la vida como es, vivirla con lo bueno y lo malo, sin ir a ningún extremo. Así como es irreal ver todo positivo y por ende bastante odioso, sucede lo mismo con ver todo negativo. Ambos hábitos, caen mal.
6. Ser muy dominante o muy pasivo
Es normal ver a una persona con un carácter fuerte, dominante y hacerse notar cada vez que llega un lugar. A menudo este tipo de gente suele ser admirada y respetada, amén de que son sinónimos de templanza y fuerza.
Pero, sucede que hay personas que abusan de este hábito y sin importar dónde y con quién estén, lo demuestran. No hay nada de malo en ser un líder natural, pero cae mal hacerlo notar siempre y más cuando se pretende dominar a las demás personas sin ninguna razón.
Igual pasa con una persona extremadamente pasiva. Está bien tener un carácter sutil, pausado, y hasta callado, pero tener el hábito de decir sí a todo el mundo, de no tener una voz propia y de ser extremadamente sumiso, también hará que caigas mal a los demás.
7. Demostrar mucho o poco tus sentimientos
Existe algo que se llama inteligencia emocional, y dentro de sus conceptos, está el de saber demostrar asertivamente los sentimientos. No es controlarnos ni demostrarlos excesivamente a cada momento y en todos los lugares. Hacer esto, también espanta a las personas.
Demostrar los sentimientos demasiado, es innecesario, molesto, incómodo y hasta odioso. No importa si son sentimientos de extrema alegría, ira o tristeza, es un hecho, ser muy emocional en público, cae mal.
Lo mismo sucede con no demostrar ni un ápice de emocionalidad. Alguien que no demuestre ni frío ni calor, ni alegría ni tristeza, es visto como una persona austera, fría y calculadora. Igual con aquellas personas que dicen “no saber” demostrar sentimientos de ninguna manera, también caen mal.
Cualquier persona está en la capacidad de demostrar sentimientos asertivamente si así se lo propone. Todo es cuestión de analizar la situación, calmarse, y dar rienda suelta a los sentimientos si así el contexto lo permite. Pero ojo, cuídate en no exagerar tanto en contenerlos o expresarlos.
Toma en cuenta estos hábitos que posiblemente estén haciendo que le caigas mal a los demás y colócate como meta trabajarlos para causar en tu entorno, el efecto contrario. Recuerda hacerlo con intención, pero sin forzar las cosas, solo deja fluir mientras trabajas lo necesario, y verás que en un abrir y cerrar de ojos, naturalmente comenzarás a caerle bien a los demás.