El 2% de la población mundial sufre de trastorno bipolar, el cual es una enfermedad en la que el estado anímico de la persona varía con fases de hiperactividad, alegría y depresión.
En general las personas que sufren de trastorno bipolar pasar de estar muy alegres a sentirse deprimidos y tristes muy rápidamente. Según la Organización Mundial de la Salud está enfermedad se ha convertido en una causa de incapacidad que afecta la vida social de las personas.
Esto se agrava si no tienen tratamiento, ya que las fases pueden prolongarse en el tiempo “son personas que salen de la realidad y empiezan a vivir en un mundo en el que se sienten omnipotentes, capaces de todo, con gran genialidad y esto hace que tengan mucha desinhibición y que estén muy activos. Hablan mucho, están impertinentes, inadecuados, tienen impulsividad y cometen errores” refieren en un artículo de EFE.
Esta enfermedad puede aparecer en la infancia, pero es más común que se presente a partir de los 15 hasta los 35 años.
Causas para estar alerta
El trastorno bipolar puede estar desencadenado por un gran componente genético, es decir “los pacientes de trastorno bipolar más típicos se encuentra que tienen hasta un 50% de antecedentes. El riesgo para un hijo de un paciente con trastorno bipolar está en torno a un 25% cuando uno de los progenitores es el afectado” refieren en EFE.
Otras causas importantes son las circunstancias ambientales, entre las que destacan el maltrato infantil, el consumo de drogas, la desorganización vital, entre otros.
¿Cómo darse cuenta de que lo padeces?
En general las personas que sufren de trastorno bipolar pasan por las siguientes etapas:
1-Tienen oscilaciones en el estado de ánimo con períodos bastante permanentes.
2-Presentan actuaciones chocantes con su carácter normal.
3-Son activos y habladores, pero también tienen temporadas silenciosas.
4-Se sienten muy felices, pero al poco tiempo caen en la depresión absoluta.
¿Cuál es el tratamiento?
Para tratar esta enfermedad los familiares son fundamentales “son su máximo apoyo y deben convivir con la enfermedad, además, sirven de alerta porque muchas veces el enfermo no es consciente de que está mal, sobre todo en las fases de euforia” recalcan en EFE.
Algunos pueden probar con terapias y tratamientos farmacológicos, todo dependiendo de lo que le dicte su especialista y la fase en que se encuentre la enfermedad.
Sin embargo, hace falta conseguir más sensibilización en la sociedad hacia este tipo de enfermedad, ya que muchas veces se estigmatiza a aquellas personas que la padecen.
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