Hacer ejercicio tiene demasiados beneficios para nuestro cuerpo y mente, pero, aunque sabemos esto, muchas veces nos es difícil hacerlo con regularidad. ¿Por qué? Por la falta de motivación. La motivación es el combustible para realizar muchas tareas en la vida, y al momento de hacer ejercicio es uno de los pilares fundamentales.
Sin embargo, suele ser muy difícil de encontrar. Así que, si quieres tener un cuerpo y una mente saludable, aquí te dejamos diez maneras para que puedas hallarla:
- Dile a un amigo: esta es una técnica muy eficiente, pues al decirle a un amigo que vas a ejercitarte, ya estás creando un compromiso con esa persona de que lo vas a hacer. Para ello, debes pedirle que te pregunte luego si fuiste al gimnasio o no. Haber decepcionado a esa persona puede ser una alta fuente de motivación. También, puedes planear para hacer ejercicio con él. Estar acompañado te hará sentir mejor.
- La música: la verdad es que la vida sin música no tendría sentido. Hay algunas canciones que representan momentos emblemáticos en nuestras vidas, recuerdos, experiencias, etc. Partiendo de esto, puedes crear una lista de reproducción con canciones que te llenen de energía, y convertir esa energía en ejercicio.
- Ráfagas: puedes agregar pequeñas ráfagas de ejercicio a tu vida cotidiana. Por ejemplo, subir las escaleras, hacer flexiones durante 30 segundos cuando haya comerciales en la televisión, entre otras cosas. Son pequeños cambios que, a la larga del tiempo, pueden marcar una gran diferencia.
- Planea: puedes planear cuánto vas a correr, nadar o caminar y cortar a la mitad ese plan. De esta manera, tu mente verá la actividad mucho más fácil, y te sentirás motivado. Es mejor hacer poco que nada. Además, si comienzas de esta manera, verás que pronto estarás realizando la distancia o el tiempo completo que tenías pensado al principio.
- Equipamiento: a veces nuestra apariencia puede ser una fuente de motivación. Por ello, puedes adquirir equipos que te hagan lucir y sentir bien. Quizá lo que no te deja hacer ejercicio es el sentimiento de vergüenza de salir con esos zapatos viejos que ya no aguantan una caminata más.
- Aprovecha la mañana: es una buena manera de comenzar el día y puedes hacerlo los fines de semana, en caso de que no puedas por tu trabajo los días de semana. Te hará sentir con energía para querer realizar más ejercicio en el resto del día.
- Únete a un grupo: es una manera de conocer gente con los mismos intereses que los tuyos y, además, una responsabilidad, como sucede con la técnica del amigo, pues no querrás faltar a las citas de ejercicio del grupo.
- Prémiate: cada vez que hagas ejercicio puedes darte un premio, sin importar si es un chocolate o una cerveza, que, igual, probablemente no te provoque después de la actividad física. Sin embargo, es una manera de crear el hábito del ejercicio en tu vida, pues tu mente se programa para saber que cada vez que te ejercites habrá una recompensa al final.
- Ponte retos:un mes parece un lapso de tiempo muy corto para ser un gran reto, pero es suficiente marcar una diferencia. Puedes plantearte un reto durante ese período, como, por ejemplo: subir las escaleras durante 30 días, correr todos los días, ir en bicicleta al trabajo por un mes, etc. La idea es que te comprometas a hacer algo durante ese tiempo.
- No más excusas: un buen ejercicio para motivarte es escribir todas las excusas que tengas para no hacer ejercicio en un papel y, una vez que las tengas todas, colocar una respuesta al lado. Por ejemplo: no tengo tiempo para hacer ejercicio, y respondes al lado: bueno, no es totalmente cierto, porque tengo tiempo para ver TV y para navegar por internet. De esta manera, puedes eliminar todas esas barreras autoimpuestas en forma de excusas.
Como lo ves, la motivación la puedes encontrar en cualquier parte. Así que, a ponerse en marcha hacia un mejor estilo de vida, no más excusas.
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