En la actualidad, al hablar de historia y grandes avances de la tecnología podemos afirmar que si hay uno que marcó un antes y un después definitivo para la modernidad fue la electricidad. Hoy en día todo depende de ella, incluso con la presencia de fuentes de energía como la solar, la eólica o la hidráulica que estas sólo son formas de conseguir energía eléctrica, no son una opción distinta, por lo que surge la pregunta ¿pudo ser de otra manera?
El llamado steampunk no da una respuesta profunda a esta pregunta pero si plantea un discurso interesante a partir de esta premisa. Resulta que antes de los avances tecnológicos de Edison y Tesla, la sociedad estaba apostando fuertemente a tecnologías con la combustión como fuente principal, tomemos de ejemplo los trenes a vapor. Además, los maestros relojeros experimentaban con sus autómatas y muchos mecanismos interesantes que quedaron desfasados.
El steampunk se puede definir simplemente como una estética, pero que se basa en ficcionar un mundo donde estos caminos descartados habrían seguido como apuesta principal hasta llegar a un nivel evolutivo comparable con el que vivimos hoy en día. Un mundo donde todo se basa en combustión de materia orgánica, engranajes de cobre y estructuras aparatosas adornadas con ese aire victoriano propio de la época en que todo cambió.
Esta tendencia no forma parte de ninguna cultura urbana como se puede llegar a pensar cuando se investiga, es simplemente el juego de imaginar una realidad posible, de añorar el aire artesanal de las herramientas antiguas y fundamentar en un contexto imaginario historias de novelas, películas, videojuegos o cualquier otro medio que sirva para narrar.
Una buena obra para comprender mejor este estilo es la novela Veintemil leguas de viaje submarino de Julio Verne que si bien no es una obra creada dentro del género steampunk si representa lo que el estilo quiere exponer. Otros ejemplos creados ya con un uso intencional de la estética son casos como la película de Will Smith Wild Wild West o la saga de libros Una Serie de Eventos Desafortunados y su película homóloga.
Cabe destacar, que más allá de una estética el steampunk ha sido un gran juego para ingenieros y diseñadores industriales que les sirve de excusa para experimentar nuevas formas de crear objetos y diseñar mecanismos donde el encuentro entre lo industrial y lo artesanal va de la mano y esta es la gran belleza que tantos le ven al llamado steampunk.
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