Todos queremos mantener nuestros ingresos lo más cerca de nosotros, buscamos estrategias para lograr rendir el dinero. Aplicamos todo aquello que nos dicen o que leemos, sin embargo, no siempre nos da resultado. ¿Cuál será la causa? Sencillo, no estamos acostumbrados a hacer lo más fácil: manejarnos con efectivo.
Pagar todo lo que vamos a comprar, desde una revista, por ejemplo, hasta las provisiones de la semana, con dinero en efectivo hace que nos demos cuenta del valor real que este tiene. Si no lo crees, haz la prueba durante dos semanas y lo comprobarás por ti mismo.
Al pagar con billetes y monedas somos más conscientes de lo que tenemos y de lo que nos va quedando, por lo tanto, podemos ser más cuidadosos y pensarlo mejor antes de gastar en cualquier cosa que nos provoque, pues somos testigos de cómo se va desapareciendo lo que tanto nos costó conseguir.
“Cuando pagamos con dinero contante y sonante (también conocido como efectivo) la percepción en nuestra mente es distinta que cuando pagamos con plástico. El dinero plástico no “nos pertenece” o al menos así lo percibimos, así que somos más propensos a soltarnos, hacer compras y gastos que muy probablemente no haríamos con billetes”, señala Sonia Sánchez en su blog sobre finanzas Blogylana.com.
Sin embargo, esto también va a depender de la personalidad de cada quien. Para algunos, tener una cantidad grande de billetes a la disposición les da la falsa percepción de que tienen mucho dinero y que pueden gastarlo sin control. También está el peligro de tener la billetera llena, pues si somos víctimas de un asalto perderíamos toda la quincena.
Como ves, tú sabes que es lo que más te resulta de acuerdo a tu estilo de vida. Según muchos expertos financieros, es más recomendable hacer la mayoría de los pagos en efectivo, porque es una manera más práctica de controlar lo que gastas. Utilizar las tarjetas de débito y de crédito indiscriminadamente pueden afectar tu presupuesto. Aunque cada método ofrece sus beneficios, es claro que hacer uso del dinero contante y sonante nos ayuda, a la mayoría, a tener un mayor control.
Lo ideal es que decidas con anticipación cómo vas a manejar tu dinero. Hacer la prueba durante varios días te permitirá comparar cuál es el método que más te funciona y así comenzar a manejar tus ingresos de una manera distinta, más óptima y con mejores resultados. “Al momento de decidir cuándo pagar en efectivo, con débito o crédito, analice sus costumbres en cuanto a los gastos (llevar efectivo puede ayudarle a afrontar sus gastos diarios) y con cuánta precisión lleva el registro de sus finanzas”, explica el Bank of America.
Fuentes: Blogylana.com , Bank of America
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