Los humanos somos seres tan complejos, que aun sabiendo la verdad de las cosas, preferimos creer en lo que no está comprobado, en eso que no tiene validez científica y que dista mucho de la realidad. Solemos enfrascarnos en aquello que no hace sentir en algo imperceptible pero que es real, olvidando que mucho de lo que sucede es producto de acontecimientos comprobados a través de la ciencia, cuyas explicaciones son las que son y no otra cosa.
Algunos ejemplos los observamos en el caso del Santo Sudario de Turín, el cual a través de un prueba de carbono se comprobó que data al menos mil años después de Cristo, sin embargo, sigue siendo un tema controversial y lleno de fieles al cristianismo que dan por hecho que, pese a los resultados de las investigaciones científicas, se trata del verdadero manto sagrado de Jesús y no de otra persona, como en efecto ya se sabe.
Otra caso que todavía sigue generando teorías diversas, sin ningún tipo de sustento científico, es el de los diversos sonidos que se escuchan en el fondo del mar. Parece que cualquier cosa puede ser motivo de los sonidos que Estado Unidos consiguió en sus grabaciones cuando colocaron micrófonos en el mar para detectar la presencia de submarinos soviéticos durante la Guerra Fría, a lo que muchos, a pesar de saber que los extraños sonidos pertenecían al derrumbe de icebergs cuyos sonidos retumbaban en el océanos pacífico con mucha intensidad, consideraron que era obra de animales bestias de extenso tamaño. Por si fuera poco, también se ha llegado a creer que los sonidos extraños y demasiado contundentes eran obra de un cántico de sirenas… ¿Sirenas? ¿En realidad? Ni siquiera hay prueba de que existan.
Y como esas hipótesis sin fundamento científico, existen miles de creencias en torno a lo que podrían ser los sonidos que emanan de las profundidades del mar, para lo cual se suponen cosas realmente incongruentes y bastante descabelladas, como la teoría de la conspiración, en la que naves espaciales desconocidas rondan por encima del mar, haciendo sonidos particulares que probablemente tengan un mensaje oculto… Y como esa teoría sinsentido, existen muchas más en torno a lo que ya se conoce pero no se quiere creer.
Parece ser que los seres humanos esperamos la revelación de algo superior, algo que sea maravilloso y fuera de lo que la ciencia pueda explicar, pero una vez que se determinan las razones por las cuales se produce tal o cual cosa, el capricho por creer ciegamente en una hipótesis descartada, puede ser la elección de la gente, tal como se puede apreciar en este vídeo, donde las personas creen ciegamente en algo que no es verdad y lo saben.
Fuente: Tri-line
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