Estas amenazas tan comunes podrían dar al traste con tu matrimonio

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Mantener un matrimonio perfecto puede ser una tarea difícil que al dar el sí debes tener las herramientas necesarias para lograr el éxito. Debes recordar que tu pareja no es igual a ti y que tiene sus defectos y virtudes como todos. Esto puede sonar repetitivo, pero debes aceptarlo como algo súper normal para evitar sorpresas en el camino.

Existen muchos motivos que colaboran en la ruptura de un matrimonio, algunos comunes y otros que desconocemos, pero que pueden estar influyendo en frecuentes discusiones.

Una de las amenazas que muchos desconocen es la de casarse con alguien porque te gusta su personalidad. Obviamente esta es una de las características principales por la cual escoges a tu pareja, pero te sorprendería la cantidad de divorcios que existen porque la otra persona ha cambiado su manera de ser después del matrimonio. No busques cambiar a tu pareja, más bien busca aceptarla.

Otro de los motivos de un posible divorcio es la soledad, solemos creer que el matrimonio la eliminará, pero no es así. Buscar pareja pensando que es porque quieres que alguien te acompañe en tus logros y vivencias, se puede confundir con buscar pareja para evitar la soledad. Primero aprende a vivir contigo mismo, supera la necesidad de tener a alguien a tu lado, y verás cómo las relaciones surgen solas y tu matrimonio no fracasará al menos por este motivo.

¿Y la empatía?, ¿Alguien sabe cómo lograrla al 100 % en una relación? Este tema, es aún más delicado y difícil de lidiar en el matrimonio, debido a que no siempre vamos a estar de buen humor o no siempre recibiremos una buena respuesta de parte de nuestra pareja. Debemos tener muchísima paciencia en estos casos y recordar que habrá días buenos y malos en donde con una buena comunicación podemos explicarle al otro nuestras molestias sin necesidad de llegar a los gritos o malas palabras.

La comunicación siempre será la clave de la confianza y de la fidelidad en la pareja, todo, absolutamente todo lo que nos molesta o inquieta, debemos decírselo a la otra persona, las cosas se solucionan hablando y así fluirá mucho más la relación. Así como cuando aparecen los hijos y solemos prestarles más atención a ellos que al matrimonio, ellos pasan a ser el centro de atención. Debemos mantener un equilibrio y recordar que primero fue sábado que domingo.

Texto inspirado en: prodavinci.com

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